Düsseldorf es la ciudad donde Peter Kürten cometió la mayoría de sus crímenes y donde mayor terror sembró. La población temía por sus jóvenes. A Kürten se le apodó «vampiro» al afirmar durante su juicio que había bebido la sangre de varias víctimas de sus víctimas. Su obsesión y deseo por la sangre quedan reflejadas con sus últimas palabras antes de ser aguillotinado: «dígame, cuando me hayan decapitado ¿podré oír siquiera un momento el ruido de mi propia sangre saliendo del cuello?» Quedó en silencio y dijo: «Sería el mayor placer, para terminar todos mis placeres». Este asesino en serie de entreguerras confesó la muerte de más de 70 personas, aunque le condenaron solo por imputación de 9 crímenes y otros muchas agresiones y delitos que cometió.
Pero lo que queda claro en este expediente es que a lo largo de casi 40 años asesinando (su primer crimen lo realiza con 9 años), la victimología y las escenas del crimen son claves para reconocer su carrera delictiva.
En este expediente, Humberto Pérez-Tomé entrevista a Tatiana Rosa Burgos, Máster en Criminalística, con las especialidades en Informática Forense, Genética Forense, Grafística, Documentoscopia y Psicología Forense por EICYC. Técnico Superior en Perfilación Criminal e Inteligencia Emocional por EICYC.
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