Roy Fontaine, Criminal de guante blanco teñido de rojo
A mendo nos imaginamos a los criminales como seres marginales, personas de aspecto extraño y oscuro, incluso con mirada extraviada, vestida de harapos o mal. Sin embargo el crimen, la psicopatía, no entiende de sexos ni de cLases sociales, ni de pobres, ni de ricos… Al final el criminal es un ser de enfermizas fijaciones, obsesiones compulsivas, que según su educación o formación pueden pasar más o menos inadvertidas, pero al final el criminal que hay dentro de estos seres, surge en su lado más negro.
Vamos a tratar un expediente muy de cine negro. Las películas de pícaros, ladrones habilidosos, guapos o simpáticos, son películas que no solo nos gustan, si no que incluso llegan a crear personajes simpáticos y admirables a pesar de obrar mal. Roy Fontaine podría ser uno de estos protagonistas, si no fuera porque además de su picaresca también se manchó las manos de sangre en cinco ocasiones. Un tipo verdaderamente peculiar. Fue catador de vinos selectos, experto en antigüedades y un actor que hubiese merecido el aplauso y la alfombra roja. Pero dedicó gran parte de su vida a robar joyas con el fin de conseguir una jubilación plácida. Sin embargo, sus tendencias asesinas le llevaron de por vida a prisión.
En la dirección y el relato Humberto Pérez-Tomé. Criminólogo invitado, Pascasio Hinojosa.
Thank you!
We will contact you soon.