Pauline Parker y Juliet Hulme la complicidad cómplice.
El asesinato puede venir, y lo hace muy a menudo, de personas normales con un flujo de imaginación que hace que su comportamiento esté en ocasiones condicionado. Esto puede venir resuelto por la maldad, como vimos en el expediente de Sylvia Likens; o el exceso de inteligencia como con Nathan Leopold y Richard Loeb… Y también por el amor, que parece que lo puede justificar todo.Precisamente en este expediente hablaremos de Pauline Parker y Juliet Hulme, dos adolescentes de diferentes procedencias que congeniaron tanto que pensaron que nadie podría separarlas de por vida… Sin embargo, acabaron en la cárcel por cinco largos años y nunca más volvieron a cruzar sus vidas.
Humberto Pérez-Tomé entrevista a Paz Velasco
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Recuerda que Vidas Asesinas es criminología en tus manos…