VIDAS ASESINAS 11 H. H. Holmes, el hotel de los horrores
Los agentes montaron guardia alrededor del cementerio mientras se llevaba a cabo su entierro. El cuerpo fue depositado en un ataúd lleno de cemento y la fosa en la que se le introdujo tenía el doble de profundidad para, al igual que el féretro, rellenarla con el mismo material. La tumba, además, no fue señalada con una lápida. Todo ello para evitar que el cadáver fuera profanado. Este fue el final de H. H. Holmes. ¿Imaginan lo que le llevó hasta él…?
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