Alfredo Galán, el asesino de la baraja
Alfredo Galán Sotillo, nació en Puertollano (Ciudad Real, España). Fue huérfano de madre desde los 8 años, posiblemente marcó su infancia, pasando de ser simpático y normal a un adolescente serio y muy reservado. Cometió sus crímenes en el año 2003 a lo largo de algo más de 3 meses. Era como una carrera enloquecida que no le permitía parar. Veremos que en su metodología había tics fijos: El mismo arma, la misma firma. Sin embargo la victimología era absolutamente dispar y el modus operanti se ajustaba a la hora y el lugar del crimen, que tampoco seguía un patrón definido.
El juicio de Alfredo Galán estuvo lleno de altercaciones e irregularidades porque El día 10 de septiembre Alfredo Galán cambió su versión ante la jueza del Juzgado de Instrucción Número 10 de Madrid, alegando que había sufrido amenazas de neonazis para que se autoinculpara a cambio de que no mataran a sus hermanas.
Se hicieron pruebas periciales con varios psiquiatras durante el juicio, y afirmaron que el acusado mataba por placer o por gratificación personal. Que padecía un trastorno de personalidad, por lo que no descartaron que reincidiera y finalmente le definieron como un «depredador humano».
El fiscal pidió 151 años y dos meses de cárcel. la acusación particular 190 años de cárcel y que el Estado se declarara responsable subsidiario de los crímenes, para indemnizar a las víctimas debido a su condición de militar. Finalmente el fallo de la Audiencia Provincial de Madrid consistió en una pena de 142 años y tres meses de cárcel por matar a seis personas e intentarlo con otras tres, aunque de acuerdo con la ley española, el asesino no cumplirá una pena de más de 25 años de cárcel.
Humberto Pérez-Tomé en la dirección, redacción y narración y Paz Velasco a cargo de los detalles criminológicos del expediente.
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